El más singular y emblemático de los mercados navideños de Barcelona es el de la Fira de Santa Llúcia, y por eso es el más visitado y concurrido de todos. Pero una buena alternativa si no queremos sufrir las aglomeraciones del centro de la ciudad tan típicas en diciembre es optar por hacer las compras de las decoraciones y objetos típicos de la Navidad en el mercado navideño de la Sagrada Familia.
De hecho el mercado nació en los años sesenta como solución a la falta de espacio en la explanada de delante de la Catedral de Barcelona para alojar más paradas. En el emplazamiento del Ensanche, a los pies de la obra más conocida de Antoni Gaudí, encontraremos prácticamente los mismos productos y la zona es más familiar.